“Sabor a Freud” es una comedia inteligente sobre dos personajes que deciden bucear por los recovecos de sus mentes al ritmo de boleros. (RED TEATRAL)
Sabor a Freud
El Dr. Ernesto Kovacs (Julio Luparello) no pierde un instante para quejarse de la paciente que le ha tocado en suerte. Así, nos presenta a Lucía Espinosa (Susana N. Fernández) y también a Dolores Durán, dos mujeres en una, o mejor dicho… una en dos. Dolores, una sensual cantante de boleros, se adueña por momentos de Lucía para realizar los sueños que ella no se permite. Kovacs intenta ayudarla e ingresa al mundo mágico de su paciente, poblado de fantasmas que se cuelan por el celuloide de varios clásicos de Hollywood. Pero detrás de todo esto, las interrupciones a ese espacio fantástico abren las puertas a otros submundos más íntimos y privados. Cada espectador tendrá su lectura de “Sabor a Freud”. Por un lado, podría decirse que se manifiestan en el analista todos los fantasmas de Lucía, un simple objeto para que esto se haga posible. Por otro lado, el profesional encontraría a través de Lucía a su otro yo, casualmente otro cantante de boleros, llamado Javier Vargas.
El bolero es sin dudas el punto de inflexión entre los personajes y el psicoanálisis. Un ritmo que describe al amor como ninguno, ese “te vas porque yo digo que te vayas… pero no me dejes porque me importas tú… y nadie más que tú”. ¿No sería esa suerte de “amor-odio” el eterno conflicto al cual se enfrenta el ser humano?
"Sabor a Freud", escrita por José Pablo Feinmann y dirigida por Jorge Vigetti se presenta en el Espacio de Teatro Boedo XXI.
Una muy buena salida para los sábados por la noche, con un plus que merece ser mencionado: el clima acogedor que se genera antes de ingresar a la sala aporta bastante a las expectativas del público. FACUNDO ESPÓSITO
jueves, 26 de marzo de 2009
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